¿Buscas un gimnasio para practicar MMA?

Por Hugo Armando.

(Hugo es practicante amateur de artes marciales mixtas)

Debido a la creciente popularidad de las artes marciales mixtas (MMA), el repentino boom de gimnasios y entrenadores ha llegado al punto de que cualquier tarado asume que puede ganar dinero tirando gente al piso y enseñándole a lastimar. Por eso, y porque en la T.V. hacen creer que cualquier fajador con brazos de “pozolera” puede enseñar artes marciales, hago las siguientes recomendaciones:

1. Antes de practicar cualquier deporte que exige disciplina y alto rendimiento, es importante hacerse unos exámenes médicos, los que el gimnasio recomiende (y aunque no lo haga), con la finalidad de tener en cuenta cualquier padecimiento que pudiera representar un peligro a la hora de entrenar. Así mismo, es importante contar con un seguro médico y tener siempre en cuenta cualquier lesión previa que determine los alcances del entrenamiento.

 

"Moreno" entrenando ante la mirada de Raúl Senk, en Bonebreakers.

Prever cualquier asunto que ataña a la salud no es algo exclusivo de las artes marciales. Tengo conocimiento de muchos atletas que tienen problemas irreparables en las rodillas, caderas, hombros, espalda, y cuanta coyuntura se puedan imaginar, que no son producto de gloriosos momentos de entrega en pos de la victoria, sino de un accidente durante entrenamientos, provocados por mala práctica, por distracciones inoportunas, o porque simplemente no sabían que tenían una condición tratable, que por el desgaste fue empeorando hasta dejarlos en inactivo, y que en muchos casos, se puede observar como un problema de postura que a la larga se convierte en un problema de rodillas, cadera, y espalda. 

2. Es recomendable que antes de entrar a entrenar MMA, se den un mes o dos en un gimnasio convencional y se hagan de una rutina balanceada de cardio, ejercicios aeróbicos, anaeróbicos, y estiramientos para mejorar la movilidad articular. Durante ese mes o dos, es importante, sin sobre ejercitarse, quitarse las polillas del cuerpo, e ir “midiéndole el agua a los camotes”.

Las MMA son, por mucho, demandantes para el cuerpo, y aunque su base no está en el levantamiento de pesos inertes como mancuernas, barras o poleas, ni en el aislamiento de un grupo muscular, el tener ya un trabajo previo incrementa la resistencia, a la vez que fortalece y protege la estructura en general.

 

3. Pese a que en un gimnasio convencional pueda lograrse cierto desempeño, no se debe asumir que el entrenamiento de MMA será igual, pues hay diferentes tipos de fuerzas y desempeños para cada cuerpo y deporte.

Las MMA requieren de un trabajo integral del cuerpo, todos los músculos listos para tener una respuesta explosiva, a la vez que continua y ordenada. Así también, requieren de resistencia en contra de fuerzas variables y cambios de dirección, torsiones e hiper-extensiones. Como el principio fundamental de las MMA, en sus muchos sistemas, tiene que ver con la integración de distintas disciplinas, es normal que no se dominen todas en un nivel absoluto, y más bien uno vaya poco a poco definiendo cuál es su escenario más cómodo, bien sea con predilección por el combate en el piso, con una base de Jiu jitsu, o una base de lucha en cualquiera de sus variantes, o bien sea con gusto por un combate de pie con facultades para el Boxeo, Muay Thai, Kick Boxing, etc.

Finalmente lo mejor es tener capacidades equilibradas; por eso si tienes un dominio total como striker, es imprescindible que tengas buen bloqueo de derribe y unos escapes aprendidos por reflejo, así como siendo un peleador de piso, necesitas saber trabajar en contra de los golpes hasta que logres un derribe.   

"Turtle" Estrada entrenando con Dani Ordaz en Predators.

4. Cuando encuentres el lugar donde impartan la disciplina de tu elección, ve a una clase con la finalidad de observar lo siguiente:

a. En el local: higiene, botiquín y equipo en buenas condiciones.

b. De los entrenadores: higiene (un entrenador limpio es un entrenador feliz), que muestre disciplina y vigile de cerca los ejercicios (que no cacareé ejercicios y se pase el resto del tiempo mirando el celular), que fomente sana competitividad y divida a los participantes de la mejor manera por pesos y habilidades.

c. De los compañeros de ejercicio: higiene (compañeros de ejercicio limpios son compañeros felices), disciplinados, que demuestren respeto y procuren cuidado para los demás.

Es muy fácil observar esto, la mayoría de los gimnasios de MMA te dan clases de prueba. En tu primera visita, tómate el tiempo de recorrer las instalaciones y ser bastante minucioso, no dejes de preguntar, hay que saber cuáles son las zonas de seguridad, quiénes son los que prestan los servicios de atención en caso de accidentes y cuáles son sus códigos, incluso es bueno saber cómo proceden.

No es lo mismo tener la seguridad de que puedan estabilizarte hasta que llega la atención médica, a que tengas que esperar a que te estabilicen los cuerpos médicos que tienen que llegar hasta ti.

Cuando los profesores atienden la clase, ejemplifican y revisan, se preocupan por la realización técnica y responden las dudas, e incluso si el ejercicio lo permite, lo adecuan a tus facultades, y el ambiente entre compañeros es algo que identificas en breve.

5. Una vez que estés inscrito y comiences con tus entrenamientos, pon el mismo empeño en calentar que en el entrenamiento mismo, con un mínimo de 20 minutos previos a la clase, y procura al momento de entrenar, realizar bien los movimientos, entenderlos y luego, preocúpate por el uso de la fuerza.

A muchas personas les "hierve la sangre" de la emoción por saber cómo realizar una llave, y aunque la finalidad es el sometimiento, mucha gente no es consciente al momento que ellos también están expuestos a una lesión si técnicamente están a la deriva. Es una diferencia enorme y requiere de mucha delicadeza el saber distinguir cuando un sometimiento tiene como apoyo la cadera, la espalda, los hombros, brazos o piernas, incluso la posición en que debes de estar parado, todo eso puede hacer que todo fluya, o que sea completamente contraproducente.

 

Jon Márquez entrenando Kick boxing.

6. Cuídate y cuida a tus compañeros, identifica tus límites y no desquites en otros los problemas que deben quedar fuera del tatami, ring, hexágono u octágono. Recuerda que toda disciplina marcial tiene como finalidad el autocontrol y poner el fin más inocuo posible a los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, y no pues, a la bravuconería y el abuso.

Es cierto que la actividad física tiene un profundo efecto en la psique, pero la idea de que golpear una almohada o un costal alivia los problemas afectivos, está en amplia discusión, y todo apunta a que no es así, por lo tanto, el trabajo que realizas con tu cuerpo requiere de concentración absoluta (no conozco gente que tenga un profundo desempeño cuando está molesto), y ese es uno de los beneficios de cualquier deporte, pues el enfrentamiento más grande, es contigo mismo.

Felices Entrenamientos.